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¿Qué tal? Soy Rocío.

Sí, con una “O” al final, Rocío. He estudiado mucho toda mi vida y continúo haciéndolo, pero para no aburrirte, por ahora quiero contarte un poquito de mí.

Nací en La Antigua Guatemala, Guatemala, y hace tres años me mudé a España para aprender su registro del idioma. Empecé a enseñar cuando era muy joven, casi por azar. En un inicio fue una tabla de salvación para mi vida; en un segundo período, un apoyo mientras me dedicaba a mi profesión universitaria, y actualmente es una pasión.

Camino. Desde que tengo memoria, me ha gustado caminar por horas y horas; los kilómetros muchas veces se quedan cortos. Corro, salto, me caigo, pero siempre me levanto. Bailo hasta con las lucecitas de Navidad, como dicen quienes me conocen. Devoro libros desde niña; ninguna espera es larga, pues siempre tengo un libro bajo el brazo. A través de ellos, me he enamorado de la belleza que se crea al combinar las letras.

Soy muy sociable; amo conversar mientras tomamos un buen café y escuchar atentamente a quien me habla. Aprendí inglés de forma autodidacta y, de manera continua, estudio un poco de francés y coreano.

Aunque amo la gramática y enseñarla, creo, por experiencia propia, que los idiomas hay que vivirlos para aprenderlos más profundamente.

Si quieres aprender conmigo, para mí será un placer acompañarte en ese proceso de cambiar tus estructuras de pensamiento. Lo haremos de una manera tanto interesante como amena, para que el sendero sea un viaje divertido.

El sueño

En el año 1996, empecé a enseñar con tan solo dieciséis años. En mi ciudad hay muchas escuelas de español, y la mayoría de las personas que enseñan son mujeres. Al formarme profesionalmente en el área de humanidades, mi conciencia social empezó a desarrollarse desde muy temprano. Aunque es un trabajo muy bonito, que trae muchas alegrías y buenas experiencias de vida, me di cuenta de que la mayoría de las escuelas se queda con la mayor parte de los ingresos, mientras las maestras pasan a ser parte de la población subempleada en Guatemala.

Durante muchos años he soñado con poder crear una mejor oportunidad para la comunidad de maestras que viven de enseñar español y que se ven sujetas a alternativas laborales abusivas y violentas.

Con más años de edad y muchísimas más experiencias al ir y venir por el mundo, comprendí que la peor idea es no intentarlo. ¿Alguna vez se han preguntado cuánto le pagan por hora a la persona que limpia su casa? ¿Por qué debería ganar menos un maestro que los acompaña en un proceso tan complejo como adquirir habilidades para comunicarse en una segunda lengua?

Para empezar a construir este sueño, quiero rodearme de algunas colegas con una profesionalidad confiable para enseñar a mis alumnos. Junto a ustedes, que nos permiten guiarles en su proceso de aprendizaje del español, podemos, crear una oportunidad más amplia. Así, nuevas compañeras podrán unirse a un trabajo digno y bien remunerado, con acceso a prestaciones de ley, y soñar con una vejez más digna.

Guatemala es uno de los países donde las mujeres se encuentran en una situación de gran vulnerabilidad, y muy pocas tienen acceso a la educación formal o a la posibilidad de escapar de los roles de género impuestos por una sociedad profundamente machista. Yo me siento muy afortunada por haber tenido acceso a algo que, en otros lugares, ni siquiera se cuestiona: aprender a leer.

A través de este sueño, no solo visualizo a mujeres desempeñándose en trabajos dignos, sino también a sus hijas completando la educación universitaria y luchando por reducir esa brecha que nos mantiene en estados de desigualdad.

Para empezar con el sueño, me tomo de la mano de personas muy comprometidas con su trabajo, con muchos años de experiencia y profundo conocimiento en el arte de enseñar, así que vamos a conocerlas un poquito más.

Mi Equipo

Mi equipo de compañeras son todas mujeres que han tenido la oportunidad de formarse profesionalmente en el campo de la enseñanza del idioma español como segunda lengua y poseen un manejo excepcional de la gramática de la lengua española.

Cada una de ellas, además de su formación en la materia, posee un alto profesionalismo en el arte de transmitir información y manejar el contenido de los cursos.  Sus altas cualidades humanas y su amor por la cultura guatemalteca me parecen perfectas para cimentar la base de este sueño.

Corteses, amigables y pacientes en el trato de los estudiantes facilitan el proceso individual o grupal de nuestros alumnos, ya que creemos que facilitando un ambiente de confianza se fortalece el proceso de aprendizaje y se motiva a cada persona a cumplir e incluso a sobrepasar sus objetivos.

Somos Lider a nivel Mundial